Killerton, casa, jardín, parque y cottage

Killerton. Llegamos temprano ya que es una propiedad enorme y necesitaremos varias horas para recorrerla. Se encuentra en Broadclyst, Exeter. La casa fue construída en 1778 por los Aclands, una familia muy antigua de Devon.

Aprovechamos que nos brindan un par de sitios en un carrito de golf para acercarnos desde el aparcamiento a la entrada principal, hay mucho camino y parece que empieza a llover. 

Sabíamos que nos enfrentábamos a un jardín paisajístico, pero nos sorprende su tamaño y belleza, no exagero, son más de 6.400 acres (1 acre es algo más de 4.000 m2), ahora toca multiplicar….

Parece que algunos nos miran con envidia, ya que empieza a llover…  En el camino nos encontramos un rebaño de ovejas que están a lo suyo, sin hacer caso a los turistas.

Killerton es inmenso, incluye varias granjas con su ganado y 240 cottages, que son casas de campo sencillas. Me tiene impresionada.

De ellos, 30 acres tienen origen medieval, incluyendo el Cottage Marker’s, que luego queremos ver. Los jardines propiamente dichos tienen unos 18 acres y el parque y bosques unos 4.000.

El jardín fue creado al mismo tiempo que la casa, por Scotsman John Veitch, que fue un hombre de lo más interesante, os cuento: Nació en 1752 en Jedburgh, Escocia, tenía muchas aptitudes para la jardinería y empezó a trabajar como jardinero desde joven. Su padre, «viendo el percal», le animó para que fuera a Londres a buscar trabajo.

Ahora hay que ponerse en su época: mediados del siglo XVIII, bajó andando desde Edimburgo a Londres (unos 400 o 500 km.) y poco después consiguió trabajo en unos viveros. En el viaje sólo llevaba 10 chelines en el bolsillo (luego nos quejamos en la actualidad nosotros).

Pronto destacó en su trabajo y fue requerido por el benefactor local  Sir Thomas Acland, VII barón de Killerton, que le invitó a trabajar en la mejora del paisaje natural de su jardín.

Veitch el jardinero y su hijo fueron encargados de comprar variedad de árboles y arbustos del extranjero que iban plantando, creciendo y aclimatándose en Killerton.

Existen los restos de un fuerte de la Edad de Hierro de la colina y también hay evidencias de ocupación romana, con restos de un posible fuerte o campamento romano. El jardín cuenta con rododendros, magnolias, bordes herbáceos y árboles raros, que iban comprando en los distintos viajes al extranjero. 

Arriba una antigua puerta de hierro. La propiedad fue entregada al National Trust por Sir Richard Acland, político británico, para que la cuidaran y pudiera ser visitada por la gente.

De esta propiedad se tienen noticias desde 1242. Además de haberse encontrado los restos de la edad del Hierro y romanos que comenté más arriba. Se cree que el nombre original viene de una familia llamada Kildrington.

La foto de arriba no es de alguien a quien le haya dado un lumbago, no, es un entusiassta haciendo un macro de alguna flor, me siento más comprendida en este país.

En la época isabelina la propiedad fue vendida a la familia Acland, a quienes también pertenecía la propiedad limítrofe (los vecinos). A finales del siglo dieciocho Sir Thomas Acland, decidió mover a su familia a Killerton.

El arquitecto de la nueva casa fue John Johnson, quien bajo las instrucciones de Sir Thomas les construyó una residencia temporal mientras empezaba la que había diseñado como definitiva.

Lo que ocurrió es que un hijo de Sir Thomas murió y entonces decidieron abandonar la idea de construir la segunda casa, no estarían de humor después de la desgracia, supongo.

Por tanto, decidieron remodelar y expandir la que habían construído de manera provisional y es por ello que se trata de una casa no demasiado complicada, como podéis comprobar por las fotos.

Su arquitectura es bastante sencilla en el exterior y tampoco es de piedra. Tiene 2 plantas.

La casa está en lo alto de una colina, con magníficas vistas sobre un valle y circundada por un enorme jardín en ladera y un parque magnífico.

Tiene también en propiedad más de doscientas granjas y un bosque y varios cottages.

El jardín formal fue creado en 1770 y renovado por el diseñador de jardines John Veitch.

conteniendo muchos rododendros, magnolias, borduras de herbáceas y árboles raros que trajeron de todo el mundo.

También tiene una casita de verano y una capilla.

El jardín alrededor de la casa se subdivide en varias zonas, con diferentes macizos como los que podéis ver en las fotos.

Como es costumbre, de vez en cuando añaden puntos focales como copas, jarrones, bancos, escaleras o barandillas de piedra que van dando movimiento y contraste a las diferentes áreas del jardín.

Ahora vamos entrar a conocer la casa. Nos han dicho tiene una exposición de vestidos de época. Tenemos suerte porque nos dejan hacer fotos del interior sin flash, así que la podremos disfrutar todos.

En el salón principal, bastante grande, había un órgano, es la primera vez que veo un instrumento así en una casa.

Supongo que la acústica de la sala sea buena para semejante instrumento.

A esta familia según parece le gustaba mucho la música, como podéis comprobar por la cantidad de instrumentos musicales que contiene la casa.

 

 

El comedor, que está dispuesto a que nos sentemos a tomar algo.

Se exhibe en la casa una colección de vestidos del siglo dieciocho al veinte. Le hice una foto al traje de novia y a los zapatos, que me parecieron curiosos.

El cottage.

De vuelta atrás, esta vez andando, no siempre hay suerte aunque en esta ocasión ya no llueve.

La capilla fue construída en 1738 y el diseño es de Charles Robert Cockerell.

Cottage Marker’s

Un interesante cottage medieval, con un tejado hecho de paja y vigas de roble ahumadas.

Está amueblado y tiene una pared hecha de madera con una decoración pintada de San Andrés.

 

El dormitorio del cottage.

Desde dentro de la ventana se puede ver el tejado, que es de paja.

Vista de la parte de atrás de la casita medieval y una casa de jardín, con su tejado de paja. También un taller de trabajo.

Un detalle del tejado de paja en la foto de abajo.